19 septiembre, 2022
En los últimos años, las energías alternativas comenzaron a introducirse en el mercado, adquiriendo cada vez más relevancia. Uno de los carburantes alternativos más utilizados es el Gas Licuado de Petróleo, por lo que hoy en Ecoblendio nos centraremos en él, tanto en su composición como en sus características.
También denominado “autogás”, el Gas Licuado de Petróleo es una mezcla de dos gases, el propano y el butano disueltos en petróleo. Estos gases, se encuentran en estado líquido por haber sido sometidos a una presión de 10 bares.
En cuanto a las ventajas del Gas Licuado de Petróleo, aparte de ser mucho menos contaminante que un combustible tradicional -alrededor de un 15% menos de emisiones de CO2 y un 80% menos de óxidos de nitrógeno- es también bastante más económico. El precio de un litro de autogás es aproximadamente la mitad que el de un litro de gasolina.
A pesar de que en los últimos años el GLP se ha vuelto mucho más famoso, lleva siendo utilizado mucho tiempo. Desde los años 70, comenzó a ser empleado por muchas personas por motivos de ahorro. Hoy en día, el autogás es el combustible alternativo más usado a nivel mundial.
Los vehículos que funcionan con Gas Licuado de Petróleo lo hacen también con gasolina, por lo que son bicarburante. La reconversión de un motor de gasolina en uno de GLP no es un proceso complejo. Simplemente hay que añadir un depósito extra en el espacio de la rueda de repuesto, e incorporar un sistema que haga posible llevar el gas a los cilindros.
Una de las ventajas que más interesan a los conductores es que la mayoría de modelos GLP pueden beneficiarse del distintivo ECO. Es importante añadir también, dado que es una duda recurrente, que las averías de un coche GLP no superan las de un sistema tradicional. Algo que sí tiene especial relevancia es que, en caso de optar por una reconversión de gasolina a GLP, es esencial hacerlo en un taller de confianza con un montaje adecuado, que asegure una instalación fiable.
La conducción de un coche GLP no difiere de la de un vehículo con combustible tradicional. La única diferencia con la que nos encontraremos, es un botón extra dentro del vehículo que nos permitirá seleccionar con qué tipo de combustible queremos conducir, gasolina o Gas Licuado de Petróleo. El gasto de autogás es un poco mayor que en el caso de la gasolina, alrededor de un 15% más, y la potencia se verá levemente reducida, del mismo modo que cuando hacemos uso del aire acondicionado.
Como veis, los vehículos GLP no supone un cambio drástico frente a los tradicionales, y sus ventajas son numerosas. En los próximos post de nuestra sección Ecoblendio, trataremos otras alternativas, como el GNC o los microhíbridos.
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